
"Con la OIT estoy diseñando mi futuro": Aris Gisela y su camino de tecnología hacia el universo de la moda
Desde Quibdó, Chocó, Aris Gisela Martínez Palacio, una joven afro de 16 años, cursa el grado 11 mientras combina su pasión por el diseño de modas con las herramientas que le brinda la tecnología a través del proyecto SENATIC, impulsado por la OIT en alianza con MinTIC y el SENA.
17 de junio de 2025
Aris Gisela Martínez Palacio nació y creció en Quibdó, una tierra musical y alegre, alimentada por las culturas anfibias que florecen a orillas del río Atrato. Desde pequeña, disfrutó de una infancia feliz rodeada del cariño de su madre, sus dos hermanos y las vecinas con quienes compartía juegos y risas. Siempre ha sido una joven responsable, aplicada y entusiasta del estudio. “Entrar al bachillerato me emocionó mucho, porque sentía que estaba más cerca de mis sueños”, dice con entusiasmo.
Hoy, a sus 16 años, Aris cursa grado 11 en la IED Antonio María Claret y forma parte del equipo de balón mano de su institución. Además de su gusto por el deporte, le encanta la música, especialmente las canciones de Romeo Santos, aunque admite entre risas que no es muy buena para el canto o el baile.
Actualmente, Aris realiza el curso de Programación de Software gracias al proyecto SENATIC, una iniciativa de formación técnica articulada con la media, que considera una experiencia enriquecedora y divertida. “En SENATIC uno se divierte, aprende mucho y se prepara mejor para el futuro”, dice con convicción. Para ella, la tecnología es una herramienta clave para conocer más del mundo, generar ideas nuevas y abrirse camino en cualquier profesión.
Su verdadero sueño, sin embargo, está en el diseño de modas. Desde niña se sintió atraída por el arte de vestir y crear, y aunque por ahora solo experimenta con su propio estilo, tiene claro que quiere estudiar esta carrera. Se está preparando con esfuerzo para sacar un buen puntaje en las pruebas de estado y así poder avanzar hacia ese futuro profesional y laboral que tanto anhela.
Aris representa la esperanza y el talento de la juventud chocoana. Su historia demuestra que la educación, el arte y la tecnología no son caminos opuestos, sino aliados poderosos cuando se trata de construir un proyecto de vida. Con el apoyo de la OIT y sus aliados, su creatividad tiene un nuevo escenario para florecer.
